Enrique ha aguantado celos, separaciones, cuernos, mentiras,… pero ya no puede más. Quiere cerrar esa etapa de su vida.
El concejal de juventud y tiempo libre abandona “Mirador de Montepinar” para ir a buscar a su hijo a Brasil, pero no va solo.
En la travesía decide acompañarle Antonio Recio, quien quiere ir a África en busca de su verdadero padre biológico.